Melodie Nakachan, con 5 años no era una niña elegida al azar, era la hija de la cantante Kimera, aún desconocida, y de Raymond Nakachian, el adinerado financiero libanés. Pero ambos llegaron a la prensa nacional a los 6 meses de llegar a vivir a Marbella. La mañana del lunes 9 de noviembre, el hijo mayor de Nakachian se ocupó de llevar a su hermanastra, Melodie, al colegio a bordo de un flamante BMW. Era la primera vez que Kimera no acompañaba a la pequeña al colegio.
Raymond no ha perdonado a su hijo por no evitar el secuestro de Melodie. A las 31 horas de producirse el secuestro recibe la primera llamada de los secuestradores.
Han pasado más de 30 años, pero hoy la periodista Neus Sala ha traído esta historia con los testimonios reales de los protagonistas.
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