viernes, 17 de octubre de 2025

Canal Recetas : Gastroguía de Pedraza y Sepúlveda: en qué restaurantes probar los mejores asados de cordero y cochinillo

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Un binomio elemental en estas dos villas segovianas con establecimientos que presumen de cientos de años de historia

Donde Comer Sepulveda Pedraza Asado Cochinillo Cordero

Son apenas 25 kilómetros los que separan a las villas de Pedraza y Sepúlveda, dos iconos históricos y arquitectónicos de la provincia de Segovia (y de Castilla y León) y, a la vez, dos destinos gastronómicos de primer orden que han escrito su nombre con letras de oro en la cocina castellana a base de sus legendarios asados.

Convertidas ambas villas en escapadas más que recurrentes, su encanto no se limita a sus asadores y mesones castellanos, como es lógico, sino a ser auténticos viajes en el tiempo que permiten, por unas horas, imbuirse de un espíritu medieval en sus plazas y calles empedradas, rodeadas de soportales e iglesias.

Testimonios vivos del auge de la Corona de Castilla, las dos villas son destinos turísticos de primer nivel dentro de Castilla y León y como decimos, dos lugares predilectos para entregarse al placer de los asados al estilo castellano, tanto de cordero como de cochinillo, compartiendo ese pedestal con localidades como Aranda del Duero o la propia capital segoviana.

Y, para no fallar, os traemos los mejores restaurantes de Pedraza y Sepúlveda en los que entregaros al placer de la carne, pero también de algunas otras alternativas que merece la pena conocer, aunque los reyes del horno estén más que definidos.

Dónde comer en Pedraza

La plaza Mayor y las calles aledañas concentran la mayor parte de los focos gastronómicos de Pedraza, donde aparecen dos de los restaurantes más recomendables de la villa, aunque ambos tienen un perfil bien distinto, por origen y por esencia.

El Soportal es todo un emblema pedrazo, sirviendo en sus comedores asados desde los años setenta, atendiendo por igual a los mimbres del cordero y del cochinillo, que suelen ser el fin de fiesta habitual. No obstante, El Soportal ha sabido reinventarse e innovar, tanto en estética –a pesar de mantener el alma de un mesón castellano– como en estilo, pero la cocina sigue siendo infalible. 

Cordero Asado C El Soportal PedrazaCordero asado. ©El Soportal Pedraza.

Antes del cordero o del cochinillo, conviene reparar en la sopa castellana o en los judiones de La Granja, así como en los pimientos rojos asados en el mismo horno de leña del que luego parten corderos y cochinillos. Deja hueco para el postre y pide el ponche segoviano, no te arrepentirás.

En frente, más contemporáneo, está Casa Taberna, el restaurante que la televisiva Samantha Vallejo-Nágera abrió a finales de 2020 y que, desde entonces, se ha convertido en otro fundamental de la villa. Aquí lo curioso es que no vas a encontrar ni cordero ni cochinillo, una decisión comprensible si se tiene en cuenta que es la especialidad local en sitios con mucho más abolengo.

Torreznos De Casa TabernaTorreznos de Casa Taberna.

La carta de Casa Taberna es algo más moderna, donde caben steak tartar, torreznos y platos a la brasa –como los puerros–, aunque la joya de la corona es preparar chuletas al estilo vasco. Tienen también una buena selección de entrantes, donde no podemos dejar de recomendar la sopa de cebolla o las croquetas de jamón. 

Saliendo, aunque no mucho, de la plaza Mayor, tenemos otro par de opciones infalibles para comer en Pedraza: El Corral de Joaquina, otra leyenda, donde de nuevo el binomio cordero y cochinillo brilla. No sin antes darle algo de cancha a algunos platos que recomendamos como es la ensalada de perdiz escabechada, la sopa castellana o la morcilla de arroz (no de Burgos, sino de Cantimpalos) frita, una auténtica delicia, así como las mollejas guisadas. Si no quisieras pasar por el peaje de la carne, también hay algunos principales de pescado que dan muy buen nivel.

El Corral De JoaquinaCochinillo asado. ©El Corral de Joaquina.

Otro par de pasos más allá de la plaza Mayor, El Jardín se sitúa también como referente en la localidad con una estética tradicional, de mesas vestidas, sillas de madera y el clásico artesonado de vigas vistas, propio de la zona, en el que acertar con el cochinillo y con el cordero, incluyendo sus chuletas a la plancha.

La carta es corta, el salón amplio –puede ser un poco ruidoso–, pero merece la pena para no fallar con la comida si buscas una propuesta clásica en la que los básicos estén más que asegurados.

Salon Comunal Del Hotel De La VillaSalón comunal del Hotel de la Villa.

Más recoleto y algo más apartado del 'centro' –todo lo apartado que puede estar algo del centro en Pedraza– es el Bar de La Villa, el pequeño comedor del Hotel de La Villa con una carta sencilla, eficaz y con cordero y cochinillo por encargo que, aunque no tenga tanta solera, cumple sobradamente para una visita a Pedraza, tanto para comer como para pernoctar.

Dónde comer en Sepúlveda

Estirada a través del río Duratón, que serpentea la villa, Sepúlveda, al contrario que Pedraza, es menos concéntrica y más alargada, lo que también permite que no todos sus establecimientos gastronómicos se concentren en el mismo punto.

No obstante, el meollo de la localidad no deja de ser la Plaza de España, también elongada y, al contrario que Pedraza, sin soportales. En ella vamos a encontrar dos paradas gastronómicas fundamentales. La primera, quizá el restaurante con más abolengo de la villa, es Figón Zute el Mayor "Tinín", un establecimiento que presume de llevar abierto desde la década de los cincuenta… ¡pero del siglo XIX! 

Cordero Asado C Figon Zute El MayorCordero asado.  Zute El Mayor.

Todo un hito para un negocio familiar que ahora va por la sexta generación y que se sigue basando en tres premisas: ensalada, pan y cordero. Ni más, ni menos, aunque el postre segoviano y el flan de los postres merecen la pena por sí solos. No busques más carta. Tampoco pidas platos nuevos. Aquí con los dedos de una mano te sobra para saber qué comer y que por unos 40 euros por persona te hará sentir como un rey. 

A apenas un par de pasos –y casi no es una forma de hablar–, otra buena parada para comer bien en Sepúlveda es El Figón de Ismael, que también presume de orígenes decimonónicos –concretamente del año 1849–. De nuevo, poca complicación con la oferta. De hecho, tienen menús cerrados (en torno a los 40 euros por persona) con cochinillo y cordero, además del pan, la ensalada, el postre y una copa de vino de la casa, que nos permite sintetizar la elección.

Lechazos Antes De Entrar Al Horno En El Figon De IsmaelLechazos antes de entrar al horno en El Figón de Ismael.

Aún así, tienen una carta de entrantes que pueden compaginar la aventura con elementos sencillos, aunque bien elegidos, como los espárragos o la menestra. No obstante, si no quisieras asados –pues en esta vida hay de todo–, manejan varios segundos igualmente carnívoros que merece la pena probar como las codornices o el lomo fresco de cerdo, además de algunas piezas de vacuno mayor. Los amantes de la casquería, además, tienen una cita obligada con la cabeza de cordero asada: un manjar.

Ya fuera del epicentro sepulvedano, el Asador El Panadero también es imprescindible. No presume de tanta historia, pero con más de 40 años a sus espaldas es otra garantía para probar cochinillo o cordero, que también sirven con menús cerrados en los que se acompañan de ensalada, morcilla frita y postre, así que son ideales para no complicarse.

Cordero Asado C Restaurante Asador El PanaderoCordero asado.  Asador El Panadero.

Aún así, la carta de El Panadero deja algo más de margen de maniobra a entrantes como las anchoas en salazón, el timbal de gambas y los embutidos, que pueden ser una buena manera de abrir boca. De segundo, eso sí, solo asados y chuletas de lechal. La oferta de vinos es particularmente amplia para la zona, así que conviene caer en la tentación, incluyendo alguno de los champagnes que trabajan. 

Figon De Zute El Mayor Tinin

Algo más en las 'afueras' vamos a encontrar los mismos mimbres con los que iniciamos la aventura en El Figón de Tinín (Calle de Alfonso VI,  25), regentado por las mismas manos que Zute El Mayor y que, aunque el local no tenga tanta raigambre, sirve con la misma calidad la trilogía de cordero, pan y ensalada que antes promulgábamos. 

También más apartado, pero recomendable es acercarse a Figón Zute el Menor, otro local emblemático (con un espacio más recogido donde la misma trinidad que persiste en Sepúlveda acompaña en un local tan familiar como honesto en su propuesta. Sin complicaciones, pero con mucho sabor.

Por último, ya totalmente periférico si nos atenemos a las dimensiones de Sepúlveda, es imposible no mencionar en una de las pedanías de la villa de la visita a La Taberna de Perorrubio –de ahí el nombre del local, de cuya cocina se encarga Ana Municio–, donde ya no solo cordero y cochinillo aparecen, sino algunos platos distintos, incluyendo carrilleras, varias referencias con caza como ciervo y jabalí, además de arroces, pescados y entrantes diversos que se salen de la tónica de la croqueta, el espárrago o los embutidos. 

Un local que, además, tiene una carta para celíacos –que nunca está de más tener en el radar– y que además dispone de una carta de vinos original a la que echar mano. 

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