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La liebre de mar Bursatella leachii, un molusco de origen tropical conocido como "babosas" marinas, se ha extendido a todo el Mediterráneo tras ser detectados varios ejemplares de esta especie en Melilla, lo que los ecologistas consideran una muestra de la subida de la temperatura del mar por el cambio climático.
Según ha informado la asociación Guelaya-Ecologistas en Acción, este molusco, originario del mar Rojo, se detectó en el Mediterráneo oriental hace ya varias décadas y desde entonces se ha ido expandiendo hacia el oeste hasta llegar a Melilla, donde el naturalista Pablo Sánchez ha alertado de la presencia de varias decenas en la desembocadura del río de Oro. El hecho de que haya sido detectada en Melilla, según Guelaya, permite afirmar que su presencia se ha detectado en todo el Mediterráneo al encontrarse la ciudad autónoma en el mar de Alborán, el extremo occidental del Mediterráneo.
Además, el coordinador de Guelaya, Manuel Tapia, ha subrayado que al detectarse "en el Mediterráneo oriental da idea de que puede haber pasado a través del mar Rojo, pero que haya una vía de entrada para estas especies tropicales no es lo que hace que sobrevivan, sino que tiene que haber otros factores y uno de ellos muy claro es la temperatura del mar".
Aviso por el cambio climático
Asimismo, la entidad ecologista considera que las consecuencias "pueden ser anecdóticas", como la presencia de esta especie, o "pueden ser peores por la llegada de otras especies" como el cangrejo azul o el alga asiática ('Rugulopteryx okamurae'), "que tantos perjuicios provoca", además de otros eventos climáticos extremos, "que son más temibles todavía". Para Guelaya, el hallazgo de esta especie en Melilla y todo el Mediterráneo es "un toque de atención" que debe llevar a las administraciones a actuar en serio contra el cambio climático.
"La aparición de esta especie en Melilla es un reflejo más de los cambios que se están produciendo en los ecosistemas marinos del Mediterráneo, que requieren seguimiento y atención para comprender sus implicaciones en la biodiversidad local", ha insistido Guelaya. No obstante, la entidad ecologista, ha aclarado que esta especie no es peligrosa al no ser urticante y que su presencia está restringida a la laguna salobre, por lo que no hay riesgo de pisarla accidentalmente al pasear por la playa.
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