Metropoli
La frontera entre Barcelona y L’Hospitalet de Llobregat vuelve a ser escenario de tensión nocturna. En la acera barcelonesa de la calle de Sants, en el distrito del mismo nombre, los vecinos llevan años denunciando el “infierno” que sufren cada fin de semana por la actividad de la discoteca Mami, un local de ocio latino.
Los afectados, que han hecho llegar sus denuncias a Metrópoli, aseguran, que las "trifulcas" que la clientela del local arma en la calle les impide dormir y han convertido la zona en un punto caliente de peleas, ruidos y consumo de alcohol en plena calle.
Denuncias por escrito
“Hemos denunciado por escrito a todas partes y nadie hace nada. Cuando cierran a las 05:00 horas, empieza el caos: borracheras, gritos, peleas… Es imposible descansar”, lamenta a este medio una vecina del bloque colindante.
Varias de estas residentes aseguran haber trasladado la situación al Ayuntamiento de Barcelona, a Mossos d’Esquadra y a la Guardia Urbana “sin una respuesta satisfactoria”.
Dos incidentes con armas de fuego
El malestar ha ido creciendo tras dos episodios graves: un tiroteo en febrero y otro incidente con arma de fuego la semana del 17 de noviembre, ambos en el entorno próximo al local.
Del primer incidente de febrero se hizo eco este medio. Se produjo de madrugada en la plaza Guernica, a pocos metros de la discoteca Mami, cuando un grupo de ladrones intentó robar a un usuario del local que abandonaba el club de madrugada.
Preguntados al respecto, los Mossos d'Esquadra confirman a Metrópoli el último incidente con arma de fuego en los alrededores, que ocurrió la semana del 17 de noviembre y se saldó sin heridos.
La policía catalana informa de que los agentes de Sants-Montjuïc mantienen contacto con los responsables de ocio nocturno de la zona y también trabajan conjuntamente con sus homónimos en L'Hospitalet, que tienen una investigación abierta por los hechos.
Dispositivos conjuntos
Por otro lado, los mossos aseguran que están encima de la situación y trabajan tanto con el ayuntamiento, a través de la regiduría de distrito, como con Guardia Urbana.
Además, realizan periódicamente dispositivos conjuntos en la zona de Riera Blanca, señalan fuentes del cuerpo.
L'Hospitalet activa su propio plan
Aunque la discoteca Mami está en Barcelona, L’Hospitalet vive problemas similares en el entorno de Collblanc y Torrassa. Desde el ayuntamiento recuerdan a este medio el Pla Nautilus, un operativo específico dirigido contra locales latinos que funcionan como after hours en muchos casos sin la licencia correspondiente.
El consistorio asegura que cada 15 días se activa un Nautilus y que otro dispositivo, el 'Pla Kanpai', también ha detectado irregularidades en otros locales.
"Lo que pasa fuera no es nuestra culpa"
Desde la discoteca Mami, también contactada por este medio, rechazan tajantemente las acusaciones vecinales y desvinculan los incidentes violentos del local.
David Ramírez, portavoz de la comunidad latina de L’Hospitalet y representante de la discoteca desde 2018, afirma: "Los tiroteos no tienen nada que ver con nosotros. Hemos tenido varias inspecciones de mossos, Guardia Urbana y Ayuntamiento, y todo está en regla. Nadie arma trifulca dentro, y al que causa problemas se le prohíbe la entrada".
Ramírez asegura que el local cumple la normativa y que dispone de seguridad formada. También sostiene que el incidente con arma de fuego ocurrido hace unas semanas ocurrió lejos del local, junto a la parada de metro de Collblanc, no en la discoteca.
Un conflicto enquistado en la frontera metropolitana
Los vecinos, sin embargo, siguen señalando al local como origen del problema. Denuncian que al cierre “la calle se convierte en un after improvisado”, con ruido, discusiones y suciedad.
Mientras Barcelona y L’Hospitalet se reparten competencias y patrullajes, la sensación en la zona es de inseguridad. La discoteca defiende su actividad y las administraciones aseguran que actúan, pero los residentes insisten en que la situación no mejora.



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